Cuando el decimoséptimo Emperador Sokan muere y su hijo se dispone a ocupar el trono, los vientos de revolución y de intriga política comienzan a soplar. Pero además de las dificultades que su ascensión acarrea, el nuevo emperador también debe encontrar una emperatriz.
Por toda la nación se realiza un llamado a las jovenes para unirse a la competición, y pronto la Ciudad Prohibida se llena de jóvenes mujeres entrenando y compitiendo por la posibilidad de convertirse en emperatriz. Una de las que contesta la llamada es Ginga, una joven muchacha de granja que no se corta a la hora de expresar sus opiniones y que piensa que las tres comidas diarias y la siesta que se le ofrece a la futura emperatriz suenan muy bien. Pero ella recibirá más de lo que ella pensaba, y deberá enfrentarse tanto al reto que le suponen las otras candidatas como a los peligros que amenazan al nuevo gobierno del que ella, sin ser consciente, forma ahora parte.