Durante el período Edo, el antiguo distrito de Fukugawa es propenso a sufrir incendios e inundaciones, por lo que sus habitantes alquilan cada día objetos cotidianos como ollas, futones y ropa en lugar de comprarlos. Obeni y Seiji, una chica y su hermano pequeño, llevan una de estas tiendas de alquiler, llamada Izumoya. Entre el inventario de la tienda se ocultan tsukumogami, objetos que se han convertido en espíritus después de cien años de existencia. A veces, los hermanos alquilan estos objetos vivientes a sus clientes. Tanto Obeni como Seiji pueden ver y hablar con estos espíritus, por lo que otros tsukumogami llegan con frecuencia a la tienda después de oír hablar de los hermanos.